5 nutrimentos importantes en el embarazo y lactancia y dónde encontrarlos

Una alimentación saludable es importante en cualquier etapa de la vida, pero sin duda alguna es fundamental en el embarazo y la lactancia. Mantener una buena alimentación durante la gestación ayudará a promover el crecimiento y desarrollo del bebé. Para lograr esto, se continúan con las mismas recomendaciones que se le hacen a toda la población como consumir una mayor variedad verduras y frutas, proteínas provenientes de carne magra, evitar consumir alimentos ricos en grasas saturadas prefiriendo la ingesta de grasas saludables, consumir granos integrales, etc. Sin embargo, en el embarazo existen nutrientes a los que se les debe dar una mayor importancia.

Ácido fólico

Las concentraciones séricas de este nutriente disminuye durante el embarazo debido a su utilización se ve incrementada por las demandas fetales. Su deficiencia se ha relacionado con partos prematuros, bajo peso al nacer y defectos en el tubo neural.  Los defectos del tubo neural son resultado de un fracaso en el cierre del tubo neural embrionario entre los días 21 y 28 después de la concepción, tiempo en el que muchas mujeres aún no se dan cuenta de que están embarazadas. Los defectos del tubo neural incluyen varias malformaciones, como lesiones del cerebro (anencefalia, encefalocele) o lesiones de la espina dorsal (espina bífida), los cuales se consideran defectos de nacimiento y pueden resultar devastadores, y algunas veces, fatales. Se ha demostrado que existe una reducción del 60% al 100% en casos de defectos del tubo neural cuando las mujeres toman suplementos de ácido fólico en conjunto con una dieta saludable un mes antes y al menos un mes después de la concepción.

Normalmente durante el embarazo se brindan suplementos de ácido fólico, sin embargo, también es posible encontrarlo en alimentos como: lentejas, garbanzos, espárragos, espinacas, habas, frijoles, lechuga, col de Bruselas, brócoli, jugo de naranja recién extraído, jugo de piña, germen de trigo, alimentos enriquecidos tales como cereales, pan, pasta y arroz.

Hierro

Es un mineral importante para la producción de hemoglobina. Los glóbulos rojos de la madre aumentan entre un 20-30% durante el embarazo, además, tanto el desarrollo de la placenta y como el del feto también requieren de la participación del hierro lo que genera que la dieta habitual no cubra los requerimientos diarios de este mineral y se requiere de suplementación. Durante el embarazo, la madre utiliza alrededor de 450-500 mg de hierro para la producción de glóbulos rojos, 300 mg son trasladados al feto y la placenta y durante el parto se pueden llegar a perder al menos 250 mg. Por lo que en total se requieren aproximadamente 1000 mg de hierro durante el embarazo. La ingesta diaria recomendada para mujeres no embarazadas es de 15-18 mg mientras que en el embarazo la ingesta recomendada es de aproximadamente de 27 mg/día. Las mujeres que muestran un déficit de hierro preconcepcional se pueden llegar a suplementar entre 60-120 mg por día hasta alcanzar los niveles recomendados de hemoglobina. Todo esto debe ser indicado por el médico.

El hierro se puede encontrar en alimentos de origen animal como las carne de res, pollo, atún, pero también en fuentes vegetales como: pasas, jugo de ciruela, ciruelas secas, quinoa, espinaca cocida, acelga cocida, frijol blanco cocido, lenteja cocida, tofu, avellana seca o tostada.

Calcio

El calcio tiene un papel importante en el desarrollo esquelético, tisular fetal y de las adaptaciones hormonales. La vitamina D favorece la absorción del calcio en el intestino, lo cual, durante el segundo y tercer trimestre de gestación previene la obtención de este mineral a partir del sistema óseo de la madre para cumplir con los requerimientos del feto. Durante el embarazo se reservan unos 30 g de calcio, mayormente en el tercer trimestre, cuando los requerimientos del feto están aumentados. Durante este periodo, el feto absorbe cerca de 300 mg/día. La ingesta diaria recomendada varía de acuerdo con la edad de la mujer embarazada. En mujeres jóvenes de entre 9 a 19 años el requerimiento es mayor, aproximadamente 1300 mg/día. En mujeres que se encuentran entre los 19 y 50 años, se recomienda una ingesta de 1000 mg, lo mismo durante la lactancia. La dosis mayor tolerable es de aproximadamente 2500 mg/día.

En caso de que exista una ingesta deficiente de calcio, los requerimientos del feto serán cubiertos a partir de las reservas maternas, por lo que, una dieta equilibrada es, en este sentido, indispensable, puesto que una suplementación con calcio puede disminuir la absorción de hierro a nivel intestinal.

Alimentos ricos en calcio: tofu, yogurt natural, leche, frijoles blancos, col china, higos secos, naranja, col rizada, frijoles pintos cocidos, brócoli cocido, frijoles rojos cocidos.

Vitamina D

Por su parte la vitamina D, es esencial para la absorción de calcio y el mantenimiento del hueso. Para el feto resulta importante pues interviene en su crecimiento y desarrollo, además de que participa en la regulación de los genes que contribuyen en la formación de los vasos sanguíneos. Los niveles bajos de esta vitamina pueden relacionarse con defectos en el desarrollo óseo, neurodesarrollo, función inmunológica y en la susceptibilidad a enfermedades crónicas. Asimismo, la deficiencia de vitamina D se asocia con una incremento en la incidencia de embarazo pretérmino. La IDR para pacientes embarazadas es de 5- 15 μg al igual que en las madres que dan lactancia.

El deterioro del metabolismo del calcio cuando existe una concentración circulante baja de vitamina D y/o cuando la ingesta de calcio es inadecuada puede contribuir al riesgo de hipertensión durante el embarazo.

Esta vitamina puede obtenerse mediante la exposición a la luz solar, pero también a través de alimentos como la leche fortificada, jugo de naranja fortificado, cereal fortificado, yema de huevo, aceite de hígado de bacalao, arenque, salmón y sardinas.

Vitamina B12

La cobalamina sérica disminuye durante el embarazo debido a la reducción de la proteína que la transporta denominada transcobalamina. La deficiencia de esta vitamina, al igual que la de folato, se ha asociado con defectos del tubo neural. Además, también se asocia con el desarrollo de anemia perniciosa. Los defectos del tubo neural pueden resultar en anencefalia o espina bífida,  malformaciones del sistema nervioso central.

En un estudio que incluyó 567 madres con un embarazo actual o anterior afectado por defectos del tubo neural y 1566 madres que no resultaron afectadas, mostró que el bajo nivel de vitamina B12 de la madre se relaciona con un mayor riesgo de defectos del tubo neural. Sin embargo, aún no existe evidencia sobre si la suplementación de vitamina B12 podría ser benéfica para la prevención de estos defectos.

El riesgo más importante de deficiencia se presenta en madres que llevan una alimentación vegetariana, pues pueden presentar un aporte deficiente de esta vitamina. Además, también se puede presentar en madres fumadoras o que hayan tomado anticonceptivos orales por un tiempo prolongado.

La vitamina B12 se encuentra en la carne de res, pescado (salmón), aves, leche, queso, huevos, levadura, leche de soya y tofu fortificados.

El embarazo es un proceso fisiológico que implica una preparación física y mental. Una mujer que lleva una dieta inadecuada antes y durante el embarazo puede ocasionar que tanto el feto como la madre desarrollen diversas patologías por la presencia de una deficiencia de nutrientes. Por lo que es importante llevar una alimentación saludable para cumplir con las demandas nutricionales de esta etapa, y en caso de ser necesario recurrir a una suplementación con la finalidad de proteger la salud de la madre y el bebé.

Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias: 

Gómez-Álvarez Salinas, P. (2004). Nutrición y embarazo. Farmacia Profesional, 18(6), 46–51.

Orane Hutchinson, A. L. (2016). Requerimientos nutricionales en el embarazo y de dónde suplirlos. Revista Clínica de la Escuela de Medicina UCR, 6(6), 11–23.

McNulty, H. (2014). Folato. Linus Pauling Institute.

Wessling-Resnick, M. (2016). Hierro. Linus Pauling Institute.

Weaver, C. M. (2017). Calcio. Linus Pauling Institute.

Gombart, A. F. (2021, 5 junio). Vitamina D. Linus Pauling Institute.

Miller, J. W. (2014). Vitamina B12. Linus Pauling Institute. 

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