5 nutrimentos importantes en la lactancia y dónde encontrarlos

A nivel mundial, la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida se ha considerado como una parte fundamental de la nutrición del recién nacido, debido al impacto que esta tiene sobre el desarrollo y la protección del lactante. Entre los beneficios de la lactancia se describen un mejor rendimiento intelectual, conductual y sensorial, además de reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles en la edad adulta.

La composición de la leche materna resulta perfecta para las necesidades de los recién nacidos, proporcionando los nutrientes necesarios. Sus características, la convierten en el alimento ideal para el lactante, está mediada por factores como: el estado nutricional de la madre, la duración del embarazo, la dieta, la prolongación de la lactancia, la edad y los factores emotivos, entre otros.

Durante la lactancia existen algunos nutrimentos que son indispensables para mantener una adecuada nutrición, entre ellos se encuentran:

 Vitamina D

Los infantes que son alimentados de manera exclusiva con leche materna y no reciben suplementación con vitamina D tienen un riesgo alto presentar una deficiencia de esta vitamina, particularmente si tienen la piel oscura y/o reciben poca exposición solar. El adecuado consumo por parte de la madre de vitamina D durante el período de lactancia puede contribuir a mejorar el estatus de vitamina D en el infante que está siendo amamantado, especialmente en poblaciones con una prevalencia alta de deficiencia de vitamina D. Infantes mayores y niños pequeños que son alimentados exclusivamente con substitutos de la leche (p. ej., fórmulas a base de soya) y alimentos para el destete que no están fortificados con vitamina D están un riesgo de una deficiencia de vitamina D.

La luz solar es la principal fuente de vitamina D, sin embargo, también existen alimentos que pueden aportar como: salmón, sardina, aceite de hígado de pescado, leche fortificada con vitamina D, cereal fortificado, jugo de naranja fortificado y yema de huevo.

 Calcio

La transferencia de calcio entre la madre y el bebé es de alrededor de 200 mg / día durante la lactancia materna. En las madres que amamantan durante más de 3 a 6 meses, la transferencia total de calcio a través de la leche materna en un período de lactancia es mayor que la transferida a través de la placenta durante todo el embarazo. La nutrición materna durante el embarazo y la lactancia puede afectar el crecimiento y la salud a largo plazo de la descendencia. Existe evidencia de efectos a largo plazo sobre el desarrollo de enfermedad vascular (enfermedad coronaria, hipertensión y accidente cerebrovascular) y diabetes, así como el riesgo de osteoporosis. Diversos estudios han demostrado que la ingesta materna de calcio puede influir en la presión arterial infantil y el desarrollo de hipertensión.

Este mineral es posible encontrarlo en alimentos como Tofu, yogur natural, sardina enlatada, queso cheddar, leche, frijoles blancos cocidos, repollo chino, higo seco, naranja, col rizada, frijoles pintos cocidos, brócoli cocido, frijoles rojos cocidos.

 Omega 3 y 6

Diversos estudios demuestran que los ácidos grasos Omega 3 del pescado, al contener EPA y DHA, ayudan a reforzar el sistema inmunológico de los niños, previniendo que adquieran enfermedades respiratorias como la neumonía, el asma o la bronquitis. Del mismo modo, ayuda a disminuir los cuadros de alergia en las vías respiratorias y contribuye a reducir los procesos inflamatorios que acompañan a estas enfermedades.

Durante el último trimestre del embarazo y los primeros meses de vida, el aporte de ácido araquidónico y DHA provienen de la madre. La leche materna aporta una pequeña cantidad de ácido araquidónico y de DHA, que resulta suficiente para cubrir hasta tres veces las necesidades del recién nacido. Si la madre ingiere una cantidad adecuada de este tipo de grasas podrá aportar, al feto a través de la placenta y al bebé a través de la leche materna, estos ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga indispensables para un desarrollo adecuado de su sistema nervioso.

El omega 3 se encuentra en aceite de linaza, semillas de chía, nueces, aceite de colza, salmón, arenque, caballa, atún, sardina. Por otro lado, el omega 6 está disponible en aceites de cártamo, maíz, soya, semilla de calabaza, oliva, girasol y coco, además de encontrarse en el aguacate.

 Yodo

Durante el embarazo y lactancia, el feto e infante dependen totalmente de la ingesta de yodo materno para la formación de la hormona tiroidea. Los requerimientos diarios de yodo se incrementan de manera significativa en mujeres embarazadas y durante la lactancia debido a la alta producción de la hormona tiroidea y su transferencia al feto en el embarazo antes de que la glándula tiroides fetal sea funcional y a la transferencia de yodo al bebé a través de la leche materna. El yodo interviene en la producción de hormonas que contribuyen al crecimiento y al desarrollo cerebral del bebé. Si no recibe una cantidad adecuada de yodo puede exponer al bebé al riesgo de tener problemas tiroideos, retrasos del desarrollo y problemas de aprendizaje.

El yodo se obtiene principalmente mediante el consumo de sal yodada, sin embargo, también es posible encontrarla en alimentos como bacalao, camarones, atún enlatado en aceite, leche de vaca, huevo hervido, frijoles blancos cocidos, pechuga de pavo horneada, alga marina.

Proteínas, grasas e hidratos de carbono

Las grasas, proteínas e hidratos de carbono que contiene la leche materna son de fácil digestión y absorción, asegurando el aprovechamiento de todos los nutrientes y permitiendo la formación adecuada del sistema inmune. Las proteínas de la leche humana se forman en la glándula mamaria y tienen un papel muy importante, ya que sus aminoácidos ayudan al crecimiento del recién nacido, maduran su sistema inmunológico, los defienden contra patógenos, además de favorecer el desarrollo de su intestino. Algunas proteínas tienen capacidad funcional (hormonas, enzimas o inmunoglobulinas).

Estos nutrientes se encuentran en todos los grupos de alimentos como verduras, frutas, leguminosas, alimentos de origen animal, cereales.

Como es bien sabido es importante no suspender la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, durante esta etapa la madre deberá seguir una dieta balanceada que incluya verduras, frutas e hidratos de carbono en cantidades adecuadas para transmitir todos los nutrientes necesarios para el bebé.

Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias: 

Oregon State University. (2021). Linus Pauling Institute.

Piñeiro, E. (2019, 20 julio). Lactancia materna y coeficiente intelectual. Consumer. Recuperado 16 de diciembre de 2021.

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Puca, Daniza, Estay, Pamela, Valenzuela, Carina, & Muñoz, Yasna. (2021). Efecto de la suplementación con omega-3 durante la gestación y la lactancia sobre la composición de ácidos grasos de la leche materna en los primeros meses de vida: una revisión narrativa. Nutrición Hospitalaria, 38(4), 848-856.

Salazar, Scarlet, Chávez, Mervin, Delgado, Xiomara, & Eudis Rubio, Thamara Pacheco. (2009). Lactancia materna. Archivos Venezolanos de Puericultura y Pediatría, 72(4), 163-166.

 

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