Alimentación prehispánica, una tradición que persiste

Hoy es Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Y para conmemorar, durante toda esta semana, te hablaremos de la alimentación prehispánica y la relevancia nutricional y gastronómica en la dieta mexicana.  

Durante la época prehispánica, la alimentación estaba basada en diversos productos obtenidos mediante la práctica de la caza, pesca y recolección; sin embargo, la alimentación estaba basada principalmente en el maíz.  El maíz era tan importante que marcó la base de la alimentación mexicana, desarrollando diversas formas de consumo como tortilla, atole, pinole, tlatloyos o tlacoyo, tamales, entre otros. muchos de los cuales aún perduran hoy en día.

Durante este periodo se aprovechaban todos los recursos, tanto animales como vegetales, que tenían a su alcance. Un ejemplo, son los insectos, ya que eran una de las principales fuentes de proteínas, tales como gusanos, chapulines y jumiles, los cuales eran preparados en diferentes formas. Además de los insectos, también resultaba común el consumo de faisanes, patos, codornices, tortugas e incluso serpientes, así como algunas variedades de peces.

Además de los alimentos provenientes de animales e insectos, los granos y vegetales también resultaban importantes en la dieta prehispánica, tales como frijoles, cacao, quelites, verdolagas, epazote, calabaza, palmitos, tejocote, mamey, jitomates y una gran variedad de chiles.

A la llegada de los españoles este tipo de alimentación sufrió algunos cambios, debido a la combinación de los alimentos. Creando así la cocina mestiza, es decir la integración de las aportaciones americanas preparadas de manera española y a su vez los ingredientes europeos elaborados al estilo indígena.

Entre los alimentos que los españoles trajeron encontramos las acelgas, ajo, ajonjolí, alcachofa, avena, arroz, canela, centeno, coliflor, espinaca, espárragos, lentejas, cerdo, oveja, gallina, zanahoria, pimienta, entre otros.

Gracias a la llegada de los españoles a territorio mexicano, se logró diversificar la alimentación tanto con la incorporación de ganado bovino como de granos y verduras. Por otro lado, gracias a este evento histórico, los alimentos originarios de México enriquecieron la dieta de diferentes partes del mundo.

Debemos tener en cuenta que es importante recordar nuestros orígenes, ya que muchos de nuestros hábitos de alimentación han ido sufriendo modificaciones y nos hemos olvidado que estas afectan nuestra salud.

Equipo de investigación y editorial iNat México. 

Referencias

  • Long, J. (2003). Conquista y comida. Consecuencia de encuentro de dos mundos. UNAM, México, D.F.
  • García, H. (2001). Cocina Prehispánica mexicana la comida de los antiguos mexicanos. México: PANORAMA.
  • Fundación Cultural Armella Spitalier. (2008). Gastronomía Prehispánica en México. Tradiciones Heredadas. México: Aglutina Editores.

 

 

 

 

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