¿Cómo sé si estoy teniendo exceso de proteína en mi dieta?

Las proteínas conforman un grupo de nutrientes indispensables para el cuerpo ya que cumplen con distintas actividades en el organismo como funciones reguladoras, energéticas, forman parte del sistema inmune, transporte, entre otras. Se pueden encontrar en diversos alimentos animales y vegetales como carne, pescado, leche, huevo, legumbres, frutos secos, por mencionar algunos. Se recomienda que el aporte proteico conforme un 15% de las calorías de la dieta, lo que se puede conseguir al consumir 2 a 3 raciones de alimentos ricos en proteínas al día.

Para conocer la cantidad correcta que necesita cada persona se requiere de una fórmula muy sencilla. De acuerdo con la OMS, el consumo recomendado de proteína para una persona adulta sana oscila entre los 0.8 a 1.0 gramos por kilogramo de peso corporal. Por ejemplo, para una persona adulta, con una vida moderadamente activa y un peso de 65 kg, su recomendación máxima ideal de ingesta proteica sería 65 g de proteína al día. (1g de proteína x 65 kg de peso = 65 g de proteína). Posteriormente, se puede recurrir al análisis de la dieta y conocer el contenido proteico de los alimentos consumidos, para así sumar su aporte de proteínas y compararlo con la ingesta ideal calculada previamente.

Las dietas que contienen una alta proporción de proteínas de origen animal significan una alta ingesta de calorías, grasas saturadas, colesterol y sodio. Lo cual se asocia con enfermedades como obesidad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y problemas renales.

Cuando se ingiere una dieta con un alto aporte de proteínas pueden surgir afectaciones en la salud como:

  • Enfermedades cardiovasculares: debido a que normalmente las fuentes proteicas de origen animal contienen cantidades de colesterol que en exceso genera su concentración en los vasos sanguíneos.
  • Obesidad: mayor ingesta de alimentos ricos en proteína genera un mayor consumo de calorías lo que aumenta el riesgo de incrementar el peso corporal.
  • Sobrecarga del organismo
  • Cálculos de riñón
  • Cansancio y dolores de cabeza
  • Descalcificación: debido a un consumo mayor de proteína que genera una disminución en las reservas de calcio.

Las dietas con un alto contenido en proteínas y bajo contenido de frutas y hortalizas, generan una cantidad importante de ácidos. El riñón responde a esta sobrecarga ácida aumentando la excreción ácida en forma de amonio. Sin embargo, el hueso contribuye a esta respuesta amortiguando el efecto ácido contribuyendo a la eliminación de calcio a través de la orina. Esta eliminación de calcio a largo plazo podría ocasionar la aparición de osteoporosis y un mayor riesgo de fracturas. En personas con enfermedad renal crónica una dieta alta en proteínas contribuye a la aceleración del deterioro de la función renal.

Adicionalmente la alta concentración de ácidos generada por una alta ingesta proteica induce trastornos en la función endocrina, como alteraciones en los niveles de hormona de crecimiento, insulina, glucocorticoides, hormona tiroidea, hormona paratiroidea, y vitamina D. Esto genera trastornos del crecimiento en niños y pérdida de hueso y masa muscular en adultos.

Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias: 

Garriga, M., & Montagna, C. (s. f.). Proteínas. Fundación Española del Corazón. Recuperado 28 de julio de 2021.

López-Luzardo, Michelle. (2009). Las dietas hiperproteicas y sus consecuencias metabólicas. Anales Venezolanos de Nutrición, 22(2), 95-104.

Zudaire, M. (2019, 20 julio). ¿Cuánta proteína consumo?: el exceso y sus consecuencias. Consumer.

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