La alimentación es una parte fundamental que ayuda al mantenimiento de la salud. Los alimentos que conforman la dieta poseen diversos nutrientes que benefician al organismo. Entre estos se encuentran proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas, minerales, fibra, compuestos bioactivos, entre otros. Dichas sustancias son las encargadas de ayudar al correcto funcionamiento del metabolismo. Una parte fundamental del metabolismo está conformado por la microbiota la cual se puede ver beneficiada o afectada por la composición de la dieta.  

La fibra dietética procedente de plantas y los polifenoles / flavonoides se consideran principalmente cardioprotectores. La mayoría de estos componentes dietéticos que se encuentran en frutas y verduras son metabolizados por la población microbiana de la microbiota cuando pasan a través del tracto gastrointestinal.

Diversos estudios han demostrado que la alteración en la composición de la microbiota intestinal se relacionan con el desarrollo de inflamación, aterosclerosis, obesidad, síndrome metabólico, diabetes y enfermedad del hígado graso no alcohólico, todas implicadas en el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Se ha sugerido que los efectos cardioprotectores de las fibras vegetales y los metabolitos secundarios de las plantas pueden deberse a su capacidad para modificar la composición de la microbiota intestinal.

Algunas fibras dietéticas podrían tener un efecto prebiótico que ayuda a optimizar el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino. Los prebióticos se pueden encontrar en muchos alimentos vegetales como la cebolla, la achicoria y el ajo, la alcachofa de Jerusalén, el tomate y el puerro, espárragos, plátanos, trigo, avena y soja. La pectina prebiótica y los oligosacáridos pécticos se pueden encontrar en manzanas y cítricos, mientras que las legumbres proporcionan una gran parte del almidón resistente a la dieta. Un estudio encontró que la ingesta oral de quercetina y rutina (dos tipos de flavonoides) aumentó el número de bacterias de Eubacterium ramulus.

La interacción de los polifenoles con la microbiota parece estar relacionada con la acción moduladora que ejercen los polifenoles sobre su composición al inhibir las cepas perjudiciales y / o promoviendo el desarrollo de bacterias benéficas. Los compuestos más pequeños de dichos polifenoles también pueden actuar sobre la microbiota. Esto podría contribuir al papel antiinfeccioso de los alimentos con contenido polifenólico.

Es evidente que los productos vegetales tienen la capacidad de modificar la microbiota por medio de sus múltiples componentes como carbohidratos (fibra) y polifenoles. Debido al papel primordial de la microbiota en la salud humana, es claro que algunos de los efectos beneficiosos de estos alimentos este relacionados con la composición microbiana de la microbiota junto con sus efectos ya conocidos contra el estrés oxidativo y el metabolismo.

Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias: 

Klinder, A., Shen, Q., Heppel, S., Lovegrove, J. A., Rowland, I., & Tuohy, K. M. (2016). Impact of increasing fruit and vegetables and flavonoid intake on the human gut microbiota. Food & Function, 7(4), 1788–1796.

Lecerf, J. M. (2020). Frutas y hortalizas como moduladores de la microbiota. The global fruit & veg newsletter, 55, 3. 

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