¿Dónde encuentro la vitamina D?

La vitamina D es un nutriente que se comporta como una hormona cumpliendo con múltiples funciones en el organismo. De todas sus acciones la más importante es la que se relaciona con la salud ósea. La vitamina D es importante para el mantenimiento de la mineralización ósea mediante la regulación del calcio y homeostasis del fósforo. Además, también presenta  muchos efectos no-esqueléticos, en el sistema inmune, endocrino, y cardiovascular. 

Esta vitamina puede ser obtenida de diversas fuentes como alimentos, suplementos o mediante la exposición a la radiación ultravioleta de la luz solar. Cuando la vitamina D en la piel es inadecuada debido a una insuficiente exposición a la radiación UV, se hace necesaria la ingesta de vitamina D para cubrir los requerimientos de dicha vitamina.

La luz solar representa una de las principales fuentes de obtención de vitamina D. La exposición a la luz solar puede proveer la mayoría de la dosis diaria recomendada de vitamina D. Se ha encontrado que, las personas que tienen un color de piel oscuro producen menos vitamina D con la exposición a la luz solar en comparación con aquellas personas con un tono de piel más claro. Los niños y adultos jóvenes que pasan poco tiempo en el exterior, dos o tres veces a la semana, suelen producir toda la vitamina D que necesitan para prevenir una deficiencia.  Por su parte, los adultos mayores cuentan con una capacidad reducida para formar vitamina D a partir de la exposición a la luz solar. La aplicación de bloqueador solar con un FPS de 10 reduce la producción de vitamina D hasta en un 90%.

Esta vitamina también puede ser obtenida a través de los alimentos. Es posible encontrarla de forma natural en algunos alimentos como pescados grasos (macarela, salmón, sardinas), aceites de hígado de pescado, huevos de gallinas que han sido alimentadas con vitamina D, y hongos expuestos a la luz solar o radiación UVB. La leche y fórmulas infantiles que han sido fortificadas con vitamina D también son una buena fuente de este nutriente. Sin embargo, otros productos lácteos, como el queso y el yogurt, no siempre están fortificados con vitamina D. Algunos cereales, panes, y jugos de frutas, pueden también ser fortificados con vitamina D. 

De igual forma, es posible obtenerla mediante la administración de suplementos. Los suplementos pueden contener esta vitamina por sí sola, o bien, en combinación con algún nutriente, por ejemplo, algunos suplementos de calcio suelen contener vitamina D.

Diversos estudios han encontrado que una baja exposición al sol y bajas concentración de vitamina D se relaciona un incremento en el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal y de mama. Asimismo, se ha observado que una deficiencia de esta vitamina se vincula con una mayor incidencia y gravedad de enfermedad por coronavirus COVID-19. Por otro lado, algunas investigaciones han demostrado que la suplementación con vitamina D parece ayudar en el tratamiento de la dermatitis atópica y enfermedad de Crohn; sin embargo, es importante que sea prescrita por un profesional.

Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias: 

Higdon, J. (2021, 7 mayo). Vitamina D. Linus Pauling Institute. Recuperado 21 de diciembre de 2021.

Valero Zanuy, M., & Hawkins Carranza, F. (2007). Metabolismo, fuentes endógenas y exógenas de vitamina D. Revista Española de Enfermedades Metabólicas Óseas, 16(4), 63–70.

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