La microbiota intestinal se ha relacionado con una gran variedad de funciones a nivel fisiológico como el metabolismo e, incluso, con la salud neurológica. La microbiota intestinal parece influir en el desarrollo de comportamientos emocionales, modulación del estrés y dolor.

El estrés afecta la microbiota gastrointestinal, la salud y el comportamiento de la persona. La alteración a la microbiota por el estrés contribuye a un cambio en la diversidad de las bacterias que conforman dicha microbiota, afectando la función del sistema inmune, el desarrollo neurológico y favoreciendo la aparición de déficits conductuales.

En condiciones de estrés crónico se genera una alteración en la composición de la microbiota lo cual puede favorecer la aparición de depresión y ansiedad. Se ha descubierto que otra consecuencia de la alteración por el estrés es el aumento de la permeabilidad intestinal, que provoca el paso de sustancias y microorganismos hacia la sangre a través de la pared intestinal lo que provoca que las bacterias pasen del intestino a otra parte del organismo.

Existen algunos síntomas que indican la presencia de estrés, tales como: fatiga, disminución del rendimiento, insomnio, alteración del apetito, pérdida de peso, irritabilidad, ansiedad e incluso afectación del sistema inmunológico.

Para ayudarte a controlar algunos factores que desencadenen el estrés, se pueden llevar a cabo algunas actividades:

-Alejarse de lugares con un exceso de ruido, ya que pueden llegar a alterar el organismo. Se puede optar por visitar lugares al aire libre y libres de ruido como el campo o el mar.

-Dormir lo suficiente y eliminar ruidos y luz para un mejor descanso.

-Realizar las actividades a un ritmo normal y no acelerado.

-Planear actividades diferentes al trabajo el fin de semana para romper la rutina.

-Optar por actividades recreativas como pintar, leer o escuchar música.

-Realizar actividad física o practicar yoga.

-Llevar una alimentación sana y equilibrada, no saltarse ningún tiempo de comida. Preferir alimentos naturales evitando la comida rápida.

Recuerda que, además de tratar de mantener niveles de estrés bajos, la alimentación es un gran favorecedor de la microbiota intestinal, para bien o para mal. Procura consumir alimentos ricos en simbióticos, pre y probióticos para mantener a raya a los patógenos. 

Equipo de investigación y editorial iNat México.  

Referencias

  • Mayer, E. A., Tillisch, K., & Gupta, A. (2015). Gut/brain axis and the microbiota. The Journal of clinical investigation, 125(3), 926–938. 
  • Scorza, C., Zunino, P., & Piccini, C. (2019). Microbiota intestinal, probióticos y salud mental. Revista De Psiquiatría Del Uruguay, 83(1), 33-42. 
  • Molina-Torres, G., Rodriguez-Arrastia, M., Roman, P., Sanchez-Labraca, N., & Cardona, D. (2019). Stress and the gut microbiota-brain axis. Behavioural Pharmacology, 30(2 & 3), 187-200. 

Barrio, J., García, M., López, M., & Bedia, M. (2006). Control del estrés. Red De Revistas Científicas De América Latina, El Caribe, España Y Portugal, 2(1), 429-439.

 

 



 

 

 

 

 

 

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