La pérdida de cabello no se considera un trastorno grave que signifique un riesgo para la vida, pero sí puede representar una causa para desarrollar síntomas psicológicos y afectar la calidad de vida. Este problema ha afectado a la mayoría de la población en algún punto de su vida debido a diversas causas. Su diagnóstico temprano y adecuado puede permitir el inicio del tratamiento oportuno y efectivo.

Existen causas nutricionales que se relacionan con la pérdida de cabello. El hierro es un mineral importante en la producción de componentes sanguíneos como la hemoglobina. La deficiencia de este mineral suele ser común en mujeres que se encuentran menstruando o en gestación. Cuando falta este nutriente, uno de los primeros síntomas en aparecer es el deterioro y debilitamiento del cabello ocasionando su pérdida.

Se ha encontrado evidencia de que la existencia de una deficiencia de hierro en personas con pérdida de cabello es una de las causas más frecuentes de alopecia. La falta de hierro es uno de los factores que generan la caída del cabello en mujeres, aunque no presenten anemia. La ferritina en sangre sirve como referencias para analizar las concentraciones de hierro en el organismo. En personas que presentan caída de cabello se recomienda que los valores de ferritina se encuentren en un mínimo de 70 microgramos/L. En caso de que no sea así, se puede recurrir a una suplementación.

Un déficit de hierro se asocia con mayor frecuencia a la presencia de alopecia en mujeres, pero también podría relacionarse con la alopecia en hombres.  

El por qué el déficit de hierro genera la caída de cabello no se ha descubierto de manera concluyente. Pero, existen diversas teorías, en las cuales se involucran enzimas. Para el crecimiento del cabello son necesarias ciertas enzimas que dependen del hierro para su formación. Las células que se encuentran en los folículos pilosos necesitan de este mineral, pues interviene en la construcción de la estructura del cabello, y en la zona donde se encuentran las células sebáceas, además de en la flexibilidad de este. Los bajos niveles de hierro ocasionan un desabastecimiento de folículos pilosos, limitando permanentemente el crecimiento del cabello, lo cual conlleva a la caída difusa del cabello.

Las carnes, pescado, huevo, frutos secos, legumbres y verduras de hoja verde se consideran buenas fuentes de hierro, siendo el hierro proveniente de los alimentos de origen animal los que cuentan con una mayor biodisponibilidad. El consumo de vitamina C ayuda a tener una mejor asimilación del hierro. 

 

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Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias:

Referencias

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