¿Los horarios de comida afectan más que el contenido calórico de la dieta?

Muchas veces hemos escuchado que no importa el alimento sino el contenido calórico que aporta y en el conteo total de calorías en una dieta; o bien que, para bajar de peso, es necesario una dieta hipocalórica (baja en calorías). Pero, ¿qué tan cierto es esto?

Hablemos primero de cómo nos regulamos con base en la luz y la oscuridad; para ello debemos comprender el concepto de los ciclos circadianos. Éstos regulan diversas funciones fisiológicas como la absorción y metabolización de los nutrientes.

Vamos a partir de la teoría de que el ser humano es diurno por naturaleza, es decir, está programado fisiológicamente por la evolución, para trabajar de día y descansar de noche gracias a la actividad de la luz que ingresa por la retina. Ahora, esa función que se rige con base en un “reloj” que controla la bioquímica y fisiología del cuerpo en el lapso de 24 horas; esto significa que el mecanismo de “reloj biológico” influye en aspectos como la actividad física, el sueño, la temperatura corporal, presión arterial, liberación de hormonas endocrinas y la actividad metabólica (Xu, Di Angelo, Hughes, Hogonesch y Sehgal, 2011).

Ahora, una alteración del ciclo circadiano representa consecuencias a nivel sistémico; factores como dormir poco, no dormir bien, comer más en la noche que en el día o cambios de horarios, afectan significativamente la calidad de vida de una persona.

Te explicamos: uno de los efectos más contraproducentes al alterar este ciclo, es la metabolización y digestión de los alimentos, pues al no coincidir con los momentos óptimos de ingestión, digestión y absorción, genera una pérdida de coordinación entre las funciones internas fisiológicas, específicamente a nivel hormonal.

Tenemos un sistema de regulación del hambre que funciona principalmente por medio de dos hormonas: leptina y grelina, al haber un desajuste en el reloj, la producción hormonal varía, incrementando los niveles de grelina (que indica al cerebro que tenemos hambre) y disminuye la leptina (hormona del saciamiento), por lo cual comerás más de lo que realmente necesitas.

En este punto, podemos comprender la relación entre nuestros horarios de comida y el sobrepeso, que -en efecto- genera un efecto dominó en todos nuestros sistemas. Por lo cual, en una dieta para bajar de peso, no sólo se debe de considerar una restricción calórica, sino que debemos realizar los ajustes necesarios que vayan acorde con nuestro reloj biológico.

Referencias:

Garro, K. (2016) Prevalencia de sobrepeso, obesidad y riesgo de enfermedad cardiovascular en relación con el ritmo circadiano y estilo de vida de adultos de 18 a 59 años que laboran en horario nocturno en el área metropolitana, 2016. Universidad Hispanoamericana. (Tesis).

http://13.65.82.242:8080/xmlui/bitstream/handle/cenit/610/NUT-718.pdf?sequence=1

Anaya, M. & Carmona, V (n.d.) La obesidad y la regulación del reloj circadiano. Revista ciencias Universidad Autónoma de México. Recuperado de https://www.revistaciencias.unam.mx/es/101-revistas/revista-ciencias-99/702-la-obesidad-y-la-regulacion-del-reloj-circadiano.html

Chamorro, Rodrigo, Farias, Rut, & Peirano, Patricio. (2018). Regulación circadiana, patrón horario de alimentación y sueño: Enfoque en el problema de obesidad. Revista chilena de nutrición, 45(3), 285-292. https://dx.doi.org/10.4067/s0717-75182018000400285

 

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