La influenza es una enfermedad respiratoria causada por un virus y afectando a la población a nivel mundial generando múltiples casos de morbilidad y mortalidad. La influenza suele ser más grave que el resfriado común, puede causar síntomas como fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y tos. 

Esta enfermedad suele presentarse en la época invernal, sin embargo, puede extenderse desde el otoño hasta la primavera, teniendo el pico de mayor actividad en los meses de diciembre a principios de marzo. La influenza puede afectar a la población en general siendo niños y personas de la tercera edad los más afectados.

Debido a su gravedad y a su potencial de generar una epidemia o incluso pandemia se han generado diversas formas para estar protegidos, sin embargo, llevando una adecuada alimentación, rica en vitaminas y minerales, podemos ayudar a prevenir o disminuir el riesgo de contraer esta enfermedad. Tanto las vitaminas como los minerales son nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del cuerpo y para tener buenas condiciones de salud. Estos nutrientes deben ser obtenidos por medio de la dieta, es decir de los alimentos, debido a que el cuerpo es incapaz de producirlos. Cuando existen deficiencias de nutrientes pueden generar consecuencias dañinas para la salud.

Las vitaminas y minerales tienen un papel fundamental para la integridad y correcto funcionamiento del sistema inmune. Algunos nutrientes como la vitamina A, ácido fólico, vitamina B6, vitamina B12, vitamina C, vitamina E, hierro, zinc, cobre y selenio, poseen efectos capaces de modular la función inmune e influyen en la susceptibilidad de sufrir infecciones. Entre los nutrientes que nos ayudan a prevenir la aparición de influenza es la vitamina C, zinc, vitamina A, vitamina D.

Una deficiencia de zinc, vitamina A y C, disminuye las respuestas de defensa del sistema inmunológico contra agentes infecciosos y microorganismos, por lo que conlleva a un aumento del riesgo de presentar enfermedades infecciosas como enfermedades respiratorias agudas o diarreas. La deficiencia de vitamina A tiene un efecto regulador sobre el mecanismo de defensa del sistema inmune, asimismo, provoca la disminución del tamaño del bazo, el órgano central del sistema inmune. Por otro lado, la deficiencia de la vitamina C genera una mayor susceptibilidad a infecciones principalmente del tracto respiratorio. Debido a su poder antioxidante mejora el funcionamiento del sistema inmune y reduce la incidencia de infecciones.

La deficiencia de vitamina D, también se han relacionado con enfermedades gripales. En diversas investigaciones se ha encontrado que los niveles bajos de vitamina D se asocia con un aumento del riesgo de presentar infecciones virales como dengue, influenza, hepatitis, VIH, virus respiratorio sincitial, por mencionar algunos. En este tiempo, también se ha estado estudiando su posible participación en la infección por SARS-Cov-2.

La influenza es una enfermedad causada por un virus, esta se presenta principalmente en la época invernal siendo los niños menores de 5 años y adultos mayores los que tienen el mayor riesgo. Para la prevención de esta enfermedad existen múltiples métodos entre ellos la vacuna, sin embargo, la alimentación también tiene un papel crucial. Si se tiene una correcta alimentación, rica en vitaminas y minerales, el sistema inmune trabaja de forma correcta y la susceptibilidad a infecciones respiratorias disminuye, entre los nutrientes que nos ayudan en esta época están vitamina A, C, D y zinc.

Equipo de investigación y editorial iNat México. 

Referencias

Roxas, M., & Jurenka, J. (2007). Colds and influenza: a review of diagnosis and conventional, botanical, and nutritional considerations. Alternative Medicine Review, 12(1), 25-48. 

García Obregón, O. P. (2019). CyD. Ciencia y Desarrollo. 

Reyes Pérez, R. A., Puente Nieto, A. V., Martínez-Cuazitl, A., Montelongo Mercado, E. A., & Rodríguez Tort, A. (2020). La deficiencia de vitamina D es un factor de riesgo de mortalidad en pacientes con COVID-19. Revista de Sanidad Militar, 74(1-2), 106-113. 

Nova, E., A. Montero, S. Gómez, & A. Marcos (2013). La estrecha relación entre

 



 

 

 

 

 

 

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