Llegó la época de las enfermedades respiratorias, estas son comunes en la población, siendo la temporada invernal la época en la que se presentan con mayor frecuencia.
También existen algunas otras enfermedades respiratorias denominadas crónicas que afectan las vías respiratorias y otros componentes del pulmón; entre las enfermedades pulmonares crónicas encontramos el asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, alergias respiratorias, enfermedades pulmonares de origen laboral e hipertensión pulmonar. Existen múltiples factores de riesgo como tabaquismo, contaminación del aire en espacios cerrados, contaminación exterior, alérgenos, exposición a polvo y productos químicos que pueden predisponer a las personas al desarrollo de enfermedades pulmonares. No obstante, existen nutrientes existentes en los alimentos que ayudan a prevenir su desarrollo como vitaminas A, D, C y E, minerales como el selenio, zinc y grasas buenas como los omegas.
La deficiencia de vitamina A es considerada como un problema de salud pública y afecta principalmente a niños y a mujeres embarazadas. Se ha encontrado evidencia de que la vitamina A tiene un papel importante en el proceso de maduración de los pulmones, por lo que una deficiencia nos puede exponer a enfermedades respiratorias. Se ha encontrado que aquellas personas que padecen de asma tienen concentraciones bajas de vitamina C y E, por lo que la ingesta adecuada de estas vitaminas podría ayudar a prevenir el desarrollo de este padecimiento e incluso de algunas otras afecciones respiratorias.
Deficiencias en las concentraciones sanguíneas de vitamina D han sido relacionadas con diversas afectaciones en la salud entre ellas enfermedades respiratorias y disminución en la función pulmonar. Existe la creencia de que la vitamina D puede influir en el sistema inmune y la estructura pulmonar. Algunos estudios en animales han mostrado que la deficiencia de vitamina D es capaz de provocar un aumento en la sensibilidad de las vías respiratorias lo que significa un factor de riesgo para asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica e infecciones respiratorias.
Una dieta rica en fibra es capaz de afectar la microbiota pulmonar, lo que indica que la alimentación influye en la inmunidad pulmonar. La fibra dietética tiene la capacidad de aumentar los niveles de omegas en la sangre, lo cual ayuda a mejorar la protección contra la inflamación alérgica en los pulmones. Por lo tanto, llevar una alimentación rica en fibra afecta positivamente la función pulmonar y disminuye el riesgo de trastornos pulmonares. Además, se ha encontrado que la dieta rica en fibra puede reducir la mortalidad por enfermedades respiratorias.
Las enfermedades pulmonares son afecciones de la salud que pueden afectar a la mayoría de la población, siendo los niños, mujeres embarazadas y adultos mayores, los que tienen más riesgo de presentarlas. Sin embargo, la alimentación puede resultar un factor protector contra estas enfermedades, ya que de las verduras, frutas y semillas podemos obtener nutrientes con factores protectores, tales como vitaminas, minerales y omegas.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias
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