Probióticos, prebióticos y simbióticos: su gran influencia sobre nuestra salud

En la actualidad, el concepto de nutrición ha evolucionado notablemente gracias a la investigación constante en ciertas áreas de interés. Las prioridades ya no se encuentran centradas en las carencias nutricionales; el interés actual radica en la relación entre alimentación y enfermedades crónicas no transmisibles, considerando los efectos de la nutrición sobre desarrollo cognitivo y psicomotor, inmunidad, crecimiento y composición corporal, entre otros.

Los consumidores, conscientes de sus necesidades, buscan en el mercado aquellos productos que contribuyan a su salud y bienestar. Siguiendo esta tendencia, reciben abundante información sobre las propiedades saludables de los alimentos; en especial, de aquellos alimentos que ejercen una acción beneficiosa sobre algunos procesos fisiológicos y reducen el riesgo de padecer una enfermedad. Estos alimentos que promueven la salud han sido denominados Alimentos Funcionales (AF).

En este artículo buscamos abordar la nutrición desde la perspectiva de los alimentos funcionales, que cumplen una función terapéutica en el desarrollo de la salud del ser humano. La salud intestinal ha cobrado importancia en los últimos años; se observó que a través de la microbiota intestinal se puede mejorar significativamente la salud generalizada de un individuo, sin embargo para hablar de la microbiota, hay que iniciar por comprender los siguientes conceptos:

Probióticos: los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se ingieren en cantidades suficientes, producen un efecto beneficioso en la salud del huésped. Los probióticos principales son levaduras, lactobacilos y bifidobacterias, que poseen el estatus de medicamento, de suplemento nutricional, o que están presentes de forma natural en productos fermentados.

Prebióticos: son fibras no digeribles del régimen alimentario que estimulan de forma selectiva, en el nivel del colon, el crecimiento de bacterias de la microbiota que presentan un efecto positivo en la salud del hospedador. Estas fibras alimentarias no digeribles están presentes en algunos alimentos como las endibias, las bananas, los puerros, etc.

Alimentos simbióticos: constituyen un grupo diferente a los probióticos. Los simbióticos se definen como una combinación de probióticos y prebióticos destinada a aumentar la supervivencia de las bacterias que promueven la salud, con el fin de modificar la flora intestinal y su metabolismo (Peña, 2007).
Son combinaciones de prebioticos y probioticos; los encurtidos, el chucrut, el kimchi y el kéfir  y actúan de forma sinérgica (de ahí el prefijo <<sin>>). Además de ser buenos alimentos para las bacterias intestinales, los simbióticos también proporcionan por su cuenta proporciones significativas de bacterias vivas.

El microbioma es el conjunto de todas las colonias de organismos que viven a lo largo de tu cuerpo: de todas las bacterias, virus, hongos, protozoos y helminitos (a estos últimos los llamamos <<lombrices>> así como todos sus genes respectivos. En el conjunto del cuerpo y en todos sus recovecos, vive la increíble cifra de cien billones (un uno seguido de catorce ceros)  de microorganismos de mil especies distintas. En una sola gota de fluido del colon, hay más de mil millones de bacterias. 


La huella microbiana es personal y única, y se va desarrollando a lo largo de la vida; en ella queda reflejado todo lo que a ti se refiere: la salud de tus padres, dónde y cómo naciste, lo que has comido (incluso si tus primeros tragos fueron de leche materna o de biberón), dónde has vivido, tu profesión, tu higiene personal, las infecciones que has sufrido, las sustancias químicas y las toxinas a las que has estado expuesto, las medicaciones que te han administrado, tus niveles de hormonas, e incluso tus emociones. *El estrés puede ejercer efectos profundos (y negativos) sobre el microbioma.

El resultado final es un combinado microbiano tan característico de la persona que el tuyo propio te identifica con mayor precisión, si cabe, que tu ADN.

A continuación algunos de los beneficios de consumir alimentos ricos en fibra-prebióticos, fermentados-simbióticos o suplementos probióticos.

·Efecto inmunomodulador.
·Efecto gastroprotector.
·Regulación del tránsito intestinal.
·Prevención de reacciones alérgicas.

“Intestinos sanos y fuertes son la llave para una larga y saludable vida”


Referencias

  • Peña, A. (2007) Flora intestinal, probióticos, prebióticos, simbióticos y alimentos novedosos. Revista española de enfermedades digestivas 99(11). 

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