¿Qué es el Hashimoto y cuál es su relación con los intestinos?

La enfermedad de Hashimoto, también conocida como tiroiditis de Hashimoto o tiroiditis linfocítica crónica o tiroiditis autoinmunitaria es un trastorno autoinmunitario que puede ocasionar la aparición de hipotiroidismo o la disminución en la función de la tiroides. En esta enfermedad el sistema inmune ataca la glándula tiroidea, dañándola y provocando que no produzca la suficiente cantidad de hormonas tiroideas. Esta enfermedad es más común que se presente en mujeres entre los 40 y 60 años, pero también se puede presentar en adolescentes o mujeres jóvenes.

Se ha establecido que existe una relación no muy conocida pero que resulta importante con respecto al efecto de las bacterias intestinales en el sistema inmunológico y la función tiroidea. La influencia negativa sobre el sistema inmunitario y la regulación inflamatoria de una microbiota alterada parece ser un factor para la presencia de enfermedades autoinmunes como las enfermedades tiroideas autoinmunes.

Mantener una microbiota intestinal saludable no solo tiene efectos positivos en el sistema inmune, sino que también ejerce efectos sobre la función de la tiroides. Las enfermedades tiroideas e intestinales pueden coexistir, por ejemplo, la tiroiditis de Hashimoto y enfermedad de Graves son enfermedades autoinmunes de la tiroides y suelen estar presentes al mismo tiempo que la enfermedad celíaca y la sensibilidad al trigo no celíaca. Esto podría deberse a una daño en la barrera intestinal.

La disbiosis (alteración en la composición de la microbiota) es un hallazgo común en los trastornos de la tiroides. Esto altera la respuesta inmunitaria pues se promueve la inflamación y se ve disminuida la tolerancia inmunológica, dañando la membrana intestinal y provocando un aumento de la permeabilidad intestinal, lo que nuevamente conduce no solo a una alta exposición de antígenos, sino también a una inflamación local. Por otro lado, también puede afectar los niveles de hormona tiroidea a través de su propia actividad desiodasa (activación y desactivación de las hormonas tiroideas) y la inhibición de TSH (hormona estimulante de tiroides).

La composición de la microbiota intestinal influye en la disponibilidad de nutrimentos esenciales para la glándula tiroidea. El yodo, hierro y cobre son esenciales para la producción de hormonas tiroideas, el selenio y zinc intervienen en la conversión de T4 a T3 y la vitamina D ayuda en la regulación de la respuesta inmune. Se ha visto, que dichos nutrimentos suelen estar en niveles bajos en las diferentes enfermedades autoinmunes tiroideas, ocasionando un mal funcionamiento de la tiroides.

La existencia de una alteración en la composición de la microbiota intestinal se ha encontrado también en casos de cáncer de tiroides, pues se identificó la presencia de bacterias cancerígenas e inflamatorias.

Tener una salud intestinal adecuada mediante una óptima microbiota intestinal sana, puede ayudar a prevenir alteraciones en el funcionamiento de la glándula tiroides. Hablando de la tiroiditis de Hashimoto, la microbiota al interferir en la función inmunitaria, ayuda a disminuir el ataque del sistema inmune hacia la tiroides.

Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias: 

National Institutes of Health. (2017, septiembre). Enfermedad de Hashimoto. National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases.

Knezevic, J., Starchl, C., Tmava Berisha, A., & Amrein, K. (2020). Thyroid-Gut-Axis: How Does the Microbiota Influence Thyroid Function?. Nutrients, 12(6), 1769. 

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