El tracto gastrointestinal es uno de los principales sistemas del organismo conformado por diversos órganos. La digestión es una de las funciones fundamentales que lleva a cabo este sistema. Por medio de este proceso, son obtenidos los nutrimentos provenientes de los alimentos y bebidas ingeridas con la finalidad de mantener integra la funcionalidad del organismo. Este proceso se ve regulado por diversas sustancias, entre ellas las hormonas.

Las hormonas son sustancias producidas por diversas glándulas que se encuentran en todo el organismo y que sirven como mensajeros dentro del cuerpo. Dentro de las hormonas se encuentran las denominadas hormonas de la felicidad las cuales juegan un papel importante en la regulación de las funciones del tracto gastrointestinal. Un ejemplo de estas hormonas son la serotonina, dopamina y oxitocina. Estas han demostrado participar en la absorción de nutrimentos, flujo sanguíneo, microbioma intestinal, sistema inmunológico y motilidad intestinal.

La serotonina es una hormona que se encarga de la regulación del estado de ánimo y del comportamiento. Está vinculada a la prevención de la depresión, ansiedad y algunos trastornos del sueño. A nivel gastrointestinal participa en la estimulación de la motilidad gastrointestinal, crecimiento y mantenimiento de la mucosa, interviene en la regulación de la inflamación intestinal, por lo que podría ser benéfico en el síndrome de intestino irritable, y regeneración hepática. Esta hormona se ha propuesto como tratamiento para algunos trastornos gastrointestinales como la diarrea o estreñimiento. También funciona como un neurotransmisor ya que es el encargado de llevar señales del intestino al sistema nervioso.

Por su parte, la dopamina, es una de las hormonas más importantes. Esta interviene en diversas funciones como la conducta motora, emotividad, afectividad y comunicación entre el sistema neurológico y endocrino. En el sistema gastrointestinal, tiene la capacidad de suprimir la motilidad gástrica, modular la absorción de sodio en el yeyuno y proteger contra úlceras a nivel gastroduodenal. Se cree que también participa en la secreción de grelina, hormona encargada de la sensación de saciedad durante la ingesta de alimentos, al controlar su producción.

La oxitocina es la hormona del amor y la felicidad. Esta cumple múltiples funciones en diversos órganos como en el cerebro, corazón, riñón, ovarios y en el sistema gastrointestinal. Se relaciona con emociones como la felicidad, atracción, amor, afecto y odio. También participa en la secreción de leche y contracción uterina durante la etapa del embarazo y lactancia. En el sistema gastrointestinal se implicada en la regulación de la motilidad gastrointestinal, modulación la inflamación intestinal, la normalización de la permeabilidad de la mucosa a los macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas), y el mantenimiento de la mucosa. Al igual que la dopamina, se relaciona con la estimulación de la secreción de grelina.

Las denominadas hormonas de la felicidad juegan un papel importante en el proceso de la digestión, ya que tienen la capacidad de estimular la absorción de nutrimentos, así como de regular la motilidad intestinal, proceso mediante el cual el tracto gastrointestinal permite el paso de los alimentos a través de los diversos órganos que los conforman. Debido a estas propiedades se ha investigado su posible participación en la disminución o tratamiento de los diversos síntomas provocados por trastornos gastrointestinales como diarrea o estreñimiento. Una alimentación saludable, ayuda a que estas hormonas se puedan producir de manera adecuada dentro del organismo, pues algunos nutrimentos que se encuentran en los alimentos forman parte de estas hormonas. 

Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias

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