Las secuelas de las que nadie habla

A finales del año 2019 fue descubierto, en Wuhan, China, un tipo de neumonía diferente a las ya conocidas a la que se le denomina COVID-19, el cual es generado por el virus denominado SARS-CoV-2 (Síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2). Cabe destacar, que toda la población tiene el riesgo de contraer esta enfermedad, sin embargo, las personas de la tercera edad que además presentan comorbilidades como diabetes, hipertensión u obesidad, tienen una mayor probabilidad de presentar consecuencias graves.

Dentro de los síntomas que más se presentan derivados de esta infección viral se encuentran: fiebre, tos, mialgia o fatiga, neumonía, alteraciones de pruebas sanguíneas (leucocitos). Al inicio se puede presentar diarrea y náuseas y posteriormente fiebre, sin embargo, no es el síntoma principal. Los síntomas menos comunes son dolor de cabeza, mareos, dolor abdominal, diarrea, náuseas y vómitos.

Después de haber presentado esta enfermedad, se ha documentado que algunos de los pacientes tienden a presentar secuelas en los diferentes órganos y sistemas del cuerpo humano. Entre estas secuelas se encuentran fibrosis pulmonar, miocarditis o inflamación del miocardio, arritmias, hipertensión, deterioro cognitivo, ansiedad, depresión, pérdida de peso, hipertensión pulmonar, baja tolerancia al esfuerzo, artralgias y alopecia.

Si bien existen tratamientos farmacológicos para el tratamiento de estas secuelas, la alimentación también puede contribuir a disminuir las molestias que generan las secuelas ocasionadas por Covid-19. El consumo de una dieta saludable y rica en nutrimentos provenientes de alimentos naturales como verduras y frutas podrían ayudar a contrarrestar estos malestares.

Las verduras y frutas son una excelente fuente de antioxidantes (vitamina C, E, carotenos, entre otros) los cuales ayudan a disminuir las concentraciones de estrés oxidativo, factor causante de la aparición de diversas enfermedades. Un consumo adecuado de estas sustancias disminuye e incluso previenen la aparición de infecciones. Los déficits nutricionales se asocian con alteraciones del sistema inmune, por lo que bajas concentraciones de vitamina A, C, E, B6, zinc, cobre, hierro, selenio y carotenoides contribuyen a la aparición o complicación de enfermedades pulmonares. Por ello una ingesta adecuada de estos nutrientes podría contribuir a reducir las molestias generadas por las afectaciones pulmonares que surgen posteriormente a la infección por covid-19.

Cuando se tienen secuelas a nivel cardiovascular la adopción de un alimentación mediterránea es una buena opción pues es rica en cereales integrales, frutas, verduras, rica en grasas vegetales principalmente provenientes de aceite de oliva y frutos secos (omegas 6 y 9), además este tipo de alimentación es bajo en consumo de carne rojas y por lo tanto bajo en grasas de origen animal. El consumo de omegas y fibra dietética ayudan a disminuir los niveles de colesterol en sangre, por lo que previenen la aparición de posibles complicaciones cardiacas o bien otras enfermedades que afectan al corazón. También es importante el consumo moderado de sal para prevenir el aumento de la presión arterial, así como, un consumo adecuado de potasio ayuda a mantener un equilibrio en la presión arterial.

En el caso de desarrollar trastornos psicológicos, como ansiedad o depresión, el consumo de ácidos grasos omegas 3 y 6, obtenidos de pescados, nueces, almendras, aceites vegetales, entre otros, tienen la propiedad de regular los estados de ánimo, pues tienen la capacidad de modular las funciones cerebrales relacionadas con este.

Si bien la secuelas de covid-19 siguen siendo descubiertas, las ya conocidas afectan el aparato respiratorio, sistema cardiovascular y el sistema nervioso. Existen tratamientos a base de fármacos que ayudan a sobrellevar los síntomas de las secuelas, sin embargo, la dieta puede jugar un papel importante en el tratamiento o reducción de los síntomas, pues existen elementos de los alimentos que colaboran en el funcionamiento del sistema inmune y por tanto en el mantenimiento de los diversos sistemas y aparatos del cuerpo

Equipo de investigación y editorial iNat México.  

Referencias

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Llamosas Falcón, L. S. (2020). Secuelas a largo plazo de covid-19. Revista Española de Salud Pública, 1-4. 

Duarte Díaz, M. M., Crespo Silva, A. M., León Pérez, D., Larrondo Muguercia, H., Herrera Torres, M. L., Pérez Assef, H., & Rivero Arias, E. (2003). Nutrición y función respiratoria. Acta Médica, 11(1), 26-37.

 

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