Incluir más especias en tu cocina es algo que tal vez en pocas ocasiones nos han enseñado; sin embargo, puede ser una poderosa herramienta cuando se busca un cambio de hábitos alimenticios: nos abre la puerta a un mundo de posibilidades que probablemente no habíamos experimentado, desde las distintas cocinas en el mundo, hasta lo que nuestra creatividad nos ofrezca. Así que, en Nutrición Funcional ADN, queremos proporcionarte algunas herramientas para que tu alimentación diaria no se vuelva monótona con los mismos sabores siempre.

La característica más importante de las especias es la de contener aceites esenciales, responsables de sus aromas y sabores que permiten potenciar los alimentos o enmascarar lo que no nos interesa degustar.  Estas especias agregadas tienen una actividad fisiológica principalmente antioxidante, antimicrobiana, antifúngico y antibacteriana. No usarlos significa renunciar a la riqueza de los aromas y sabores en el alimento. Alguna razón para excluirlos podría ser que existieran reacciones alérgicas o por acción irritante de algunos pocos condimentos, pero sus contraindicaciones son realmente escasas y no incorporarlas porque todas son irritantes es un mito a derribar. ¡No les tengas miedo!

Aún cuando las especias pueden ser deliciosas, es importante saber equilibrarlas en la cocina; la idea de su incorporación es encontrar puntos de equilibrio que no la hagan sentir como un exceso en cada bocado, sino que por el contrario nos aporten un contraste de sabores balanceado que nos permita disfrutarlas. En el caso de las especias, ‘mucho’ puede llegar a ser peor que ‘nada’, ya que tienen un sabor muy concentrado.

Perejil: sopas, salsas, ensaladas, pescado, huevo, carne y verduras; especialmente en combinación con jitomate, patata o cebolla.
Albahaca: jitomate, pesto, pasta, ensaladas, carne, pescado, combina muy bien con romero, tomillo u orégano.
Tomillo: combina muy bien con comidas pesadas para hacerlas más fáciles de digerir. A combinar con romero, albahaca u orégano.
Romero: venado, cordero, patatas, verduras, sopas y estofados.
Menta: sirve para comidas dulces o picantes. úsalo para preparar postres, bebidas, salsas, pescado, carne, ensaladas.
Salvia: usar muy poca ya que es muy potente. Añadirla desde el principio y combinar con romero, tomillo o laurel. Úsala para preparar: pescado, carne, salsas, infusiones, ensaladas. 
Orégano: la típica hierba, italiana para pasta, pizza, verduras (jitomate, berenjena, calabacín, queso).
Estragón: usar pequeñas cantidades ya que también es muy intenso. Úsalo para preparar: pizza, pescado, ensalada, salsas.
Laurel: sabor muy intenso, utilizar con precaución. Úsalo para preparar: pescado, setas, carne, sopas, estofados.
Cilantro: para cocina asiática, salsas, ensalada, carne.
Ajo: picante, dulce, aromático, aroma envolvente. Cada paladar rechaza o acepta el sabor sin términos medios, debe ser un matiz no protagonista. Se usa crudo para pintar ensaladas, en guisos y de base en muchas preparaciones.
Canela: corteza de sabor característico cálido y azucarado. Sirve para cocina dulce en postres, mermeladas, y mezclas para preparaciones de comida salada.
Comino: sabor cálido, picante y fuerte que se impone sobre otros sabores. Usar en platos cocinados. Forma parte de la mezcla de especias como garam masala y curries. También en carnes, estofados, quesos, cous cous, panes y algunos pasteles.

Equipo de investigación y editorial iNat México.  

 

 

Comments are closed.