Durante la infancia y al igual que en cada etapa de crecimiento llevar una alimentación saludable es de suma importancia. Tanto la dieta del niño y adolescente como la del adulto la ingesta de energía y nutrimentos es de vital importancia para el desarrollo. La infancia es una de las etapas que se caracteriza por un crecimiento rápido y en la que la actividad física es importante, por lo que los requerimientos de energía y nutrimentos son elevados. Si bien, todos los nutrimentos son importantes para el funcionamiento del organismo, existen algunos que suelen tener una mayor relevancia en cada etapa.
El calcio, hierro, vitaminas A y D son algunos de los nutrimentos mas importantes en la edad escolar y adolescencia.
Calcio: Este nutrimento se necesita para la formación de los dientes y junto con la vitamina D ayuda al desarrollo de los huesos. Es el mineral más abundante del cuerpo humano. Cerca del 99% del calcio se concentra en los huesos y dientes. Se encuentra en diversos alimentos como leche y lácteos, y en menor proporción en vegetales y leguminosas. Una ingesta adecuada de calcio es importante para mantener los huesos sanos.
Hierro: Es esencial para diversas funciones en el organismo, entre ellas el transporte de oxígeno. Cuando existe una deficiencia de este nutrimento se dice que existe anemia. Este tipo de anemia es la mas común a nivel mundial, afectando principalmente a niños, adolescentes, mujeres embarazadas, entre otros. Una deficiencia de hierro con o sin presencia de anemia se ha relacionado con un desarrollo cognitivo y rendimiento escolar bajo. Se encuentra en carne roja, verduras, legumbres y frutos secos. El consumo de vitamina C ayuda a mejorar su biodisponibilidad.
Vitamina A: La vitamina A es otro de los nutrientes particularmente importantes porque es esencial para un crecimiento y desarrollo normal. Además, tiene un papel importante en el desarrollo embrionario, formación de órganos durante el desarrollo fetal, funciones inmunes y el desarrollo de los ojos y la visión. También es esencial para una correcta función visual, ya que su deficiencia dificulta la visión nocturna. Se encuentra en alimentos como hígado de res cocido, aceite de hígado de bacalao, avena fortificada, huevo, leche, zanahoria cruda, mango, espinacas cocidas, brócoli cocido y col rizada cocida.
Zinc: Tiene un papel importante en el desarrollo y crecimiento, función inmune, neurotransmisión, visión y reproducción. Una deficiencia de este nutrimento proveniente de la dieta se ha asociado con alteraciones en el crecimiento y desarrollo de niños, complicaciones en el embarazo y una mayor susceptibilidad a infecciones. Las mejores fuentes dietéticas de zinc son mariscos, carnes y pescado; sin embargo, los lácteos, cereales enteros, huevos y semillas también lo aportan, pero en menor cantidad.
Vitamina D: Esta vitamina es esencial para la mineralización ósea mediante la regulación del calcio; además desempeña un papel importante en el sistema inmune, endocrino y cardiovascular. Una deficiencia puede generar raquitismo en los niños. La radiación solar es la principal fuente de vitamina D, pero también es posible encontrarla en alimentos como salmón enlatado, sardina enlatada, leche fortificada, jugo de naranja fortificado, cereal fortificado y yema de huevo.
Si bien todos los nutrimentos son esenciales para el organismo, existen algunos que en ciertas etapas de la vida juegan un papel importante para el correcto desarrollo y funcionamiento del cuerpo. Durante la infancia una alimentación correcta es indispensable para un adecuado crecimiento y como prevención de diversas enfermedades que pudieran aparecer en la edad adulta.
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Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias:
RODRÍGUEZ-PALMERO, M. (2001). Ingesta de minerales y vitaminas en la población infantil. Offarm, 20(11), 90–95.
Ruz O, Manuel. (2006). Nutrientes críticos desde el preescolar al adolescente. Revista chilena de pediatría, 77(4), 395-398.
Oregon State University. (s. f.). Linus Pauling Institute. Recuperado 11 de enero de 2022.
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