De acuerdo con la OMS (Organización Mundial de la Salud) la adolescencia es el período de crecimiento que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y 19 años. Durante esta etapa se dan muchos cambios biológicos, emocionales, sociales y cognitivos necesarios para pasar a la edad adulta. Se inicia con la pubertad, en la cual se producen los cambios fisiológicos para alcanzar la madurez sexual. En este periodo se da un crecimiento acelerado.
Todos los cambios que se dan en esta edad pueden afectar el estado nutricional del adolescente. El crecimiento físico y desarrollo acelerado ocasiona un incremento en la necesidad de energía, proteína, vitaminas y minerales. Si no tienen una ingesta adecuada, se pueden desarrollar deficiencias nutricionales.
Los hábitos de alimentación, que influyen en las preferencias de alimentos, el consumo de energía e ingesta de nutrientes se desarrollan principalmente en la adolescencia. En esta etapa se inicia con el periodo de independencia que puede caracterizar el desarrollo psicosocial del adolescente y originar conductas respecto a los alimentos que afectan la salud. Entre estas conductas están el uso de regímenes dietéticos excesivos, omisión de comidas, usos de complementos nutricionales y no nutricionales, dietas de moda, entre otras.
Hoy en día las enfermedades por déficit nutricionales han disminuido entre los adolescentes, abriendo paso a otras afecciones como trastornos de la conducta alimentaria, obesidad, dislipidemias, hipertensión, diabetes tipo II y enfermedades cardiovasculares, esto como resultado del incremento de comida rápida producto de la “civilización”.
Por ello es importante que los adolescentes lleven una dieta balanceada que les permita tener un crecimiento y desarrollo adecuados, siguiendo algunas recomendaciones como:
-Llevar una alimentación que incluya todos los grupos de alimentos.
-Tomar suficiente agua sin saborizantes, al menos 1.5 L.
-Evitar el consumo excesivo de alimentos procesados.
-Procurar tener tiempos y lugares establecidos para tomar los alimentos, así como evitar desperdiciarlos.
-Si es posible realizar actividad física al menos 60 minutos diarios.
-Dormir el tiempo adecuado de al menos 8-10 horas.
Tener una alimentación inadecuada durante la niñez y adolescencia puede ocasionar daños irreversibles en la salud. Por ello es importante construir entornos que beneficien su desarrollo físico y mental, y que a su vez garanticen una alimentación saludable.
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Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias:
Referencias
UNICEF. (2020). ¿Qué es la adolescencia? UNICEF Uruguay.
Stang, J. (2014). Nutrición del adolescente. En Nutrición en las diferentes etapas de la vida (5a ed., pp. 361-385). McGRAW-HILL INTERAMERICANA EDITORES, S. A. de C. V.
Sagrario Martín-Aragón & Elena Marcos. (2008). La nutrición del adolescente. Hábitos saludables. Farmacia profesional, 22(10), 42-47.
Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes. (2021, 13 abril). Recomendaciones para una alimentación adecuada en niñas, niños y adolescentes. Gobierno de México.
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