No se trata solo de comer alimentos naturales; también es muy importante saber cómo combinarlos y prepararlos para que nuestro cuerpo los aproveche mucho mejor. 

Las personas que ya estamos adentrando en el camino de mejorar nuestro bienestar a través de la nutrición consciente, sabemos que nuestros insumos deben ser en su presentación natural (no procesado, ni enlatado, ni congelado o empaquetado en plásticos), pero muchas veces no estamos al tanto de las maneras correctas de prepararlos e ingerirlos. No es lo mismo cocidos o fritos que crudos, ligeramente al vapor o a la plancha, ni es lo mismo comer frutas ácidas con dulces en un mismo plato, que un plato de 2 o máximo 3 frutas compatibles entre sí. 

Es importante entonces saber un poquito sobre las bases de la Trofología, ya que esta profundiza sobre la correcta selección, combinación y preparación de nuestros insumos para poder obtener el mejor provecho en todo nivel. 

A continuación te damos algunos tips más trofo para seguir, que te ayudarán mucho a la hora de tomar tu decisión diaria.

1.- No mezcles mucho.

Cuando consumimos comidas en diferentes tiempos y muchos ingredientes distintos, estamos saturando de trabajo a nuestro sistema digestivo para, primero que nada, secretar los jugos gástricos necesarios para lograr desdoblar toda esa cantidad de alimentos y después poderlo procesar. Aunque sean productos naturales, a nivel químico existen reacciones (como todo en la naturaleza) que a veces no son muy favorables, provocándonos somnolencia, pesadez, inflamación abdominal, reflujo ácido, agruras, flatulencias y eructos cuando no son bien combinados entre sí. Trata de que tus comidas sean un poco más sencillas o que sus ingredientes sean más compatibles entre sí. 

2.- No bebas muchos líquidos durante la comida.
Tomar bebidas durante la comida es una práctica que todos estamos acostumbrados a realizar, pero nunca se nos dijo lo que esto nos provoca, y peor aún si estas bebidas son endulzadas o frías (o ambas cosas). Esto no aplica del todo en los caldos calientitos y saladitos de las sopas que solemos ingerir como platos principales, así que no te preocupes por ellos si se toman en moderación. El beber adicional y constantemente durante la ingesta de alimentos, provoca que los jugos gástricos que nuestro sistema digestivo está produciendo, se vean muy diluidos, por lo que el trabajo que le damos a nuestros órganos para secretar más jugos gástricos y así contrarrestar la dilución, es mayor. Ahora, si la bebida es endulzada, inhibe la absorción de nutrientes y acelera la fermentación, por lo que en poco tiempo vas a presentar flatulencia. Por otro lado, al ser fría la bebida, estarás provocando un choque térmico en el estómago, causando dificultades en los tejidos y vasos sanguíneos, viéndose este órgano comprometido y por ende produciendo mucosidad en exceso para protegerse, esta mucosidad se expande por todo el esófago hasta las vías respiratorias, siendo este ambiente el más propicio para la proliferación de gérmenes, bacterias y virus (ahí vienen las enfermedades de vías respiratorias). Lo mejor será beber de 20 a 30 minutos antes de comer, y de 30 a 45 minutos después, y agua al tiempo o ligeramente tibia. El agua tibia mejora la digestión al estimular las enzimas digestivas naturales y mejorando la circulación.

3.- No mezcles frutas con vegetales o carnes en una misma comida.
En proporción, frutas contienen una o dos cantidades de “azúcar” mientras que los almidones tres cantidades. Las frutas mecánicamente se descomponen en la boca y el estómago, pero químicamente sucede hasta llegar a la tercera y cuarta fase de tu sistema digestivo (intestino delgado). Los almidones, se descomponen totalmente en la tercer fase.
Debemos tener en cuenta la combinación de alimentos por la zona y la complejidad de la digestión de cada comida, para asegurarse de que pasa a través de tu sistema digestivo entero con facilidad y aprovechamiento.

Los almidones requieren un medio digestivo alcalino para ser digeridos. Si pusieras tu mano en el estómago mientras estás digiriendo carne por ejemplo, lo más probable es que tu mano sea destruída ya que el ácido es intenso. Al mezclar los dos – un alimento ácido y un alcalino – la química básica demuestra que no se digieren, más bien se neutralizan. Entonces, ¿qué sucede? Si la comida no se digiere, pasa por tu sistema sin ser procesado ni asimilado, ocasionando confusiones gástricas y complicaciones incluso a nivel microbiota.

*Las frutas que comas, procura que sean principalmente las de temporada, ya que de esta manera se obtiene lo mejor de ellas y aparte, ¡tienen mejor precio! Procura que sean dulces con dulces, ácidas con ácidas, dulces con neutras, o ácidas con neutras; pero nunca dulces con ácidas.
*El melón y la sandía, se comen solos o mejor no comerlos.
Por otro lado, muchas personas consideran los jitomates como una fruta, sin embargo, es comúnmente añadido a la ensalada. Puedes clasificar a los jitomates como una “fruta-vegetal”, porque no tiene “azúcar” como la mayoría de las frutas, más bien es ácido. Como tal, esa es una buena combinación con otros vegetales. Sugerimos entonces para una ensalada lo siguiente:

Cualquier tipo de vegetal que tenga semilla, por ejemplo, la calabaza, calabacín, berenjena, pepinos, pimientos, y claro, el jitomate – esas son frutas-vegetales. Y puesto que la lechuga y el apio tienen un efecto neutro, en cuanto la descomposición de los alimentos, el apio y la lechuga se combinan muy bien con todos ellos.También puede agregar aguacate.

4.- No comas postre justo después de la comida.
Cuando lo haces este se queda atrapado en el estómago con todos los demás alimentos, donde empiezan a pudrirse, ya que no está siendo digerido químicamente. Contiene muchísima azúcar, harinas refinadas generalmente, y algunos otros compuestos no benéficos para nuestra salud, como los lácteos, grasas saturadas, colorantes y otros tipos de edulcorantes. 

5.- No proteínas y almidones en la misma comida.

Al combinar estos tipos de alimentos, se neutralizan entre sí y evitan la digestión adecuada. Lo recomendable sería que esperes dos horas después de comer un almidón antes de comer proteína, y tres horas después de comer proteína antes de comer almidones.

Equipo de investigación y editorial iNat México.

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