El papel del ejercicio en la salud

El ejercicio físico ha sido una actividad recomendada desde tiempos ancestrales, debido a su eficacia para implementar, mejorar o mantener el estado de salud y el bienestar. Nunca debemos ver dicha actividad como algo independiente de un estilo de vida saludable. 

En muchas ocasiones hemos escuchado decir que a la mayoría de las personas no les gusta la actividad física o el ejercicio, quejándose siempre si hay un esfuerzo extra en, por ejemplo, perder peso. Pero el ejercicio va más allá de solo perder peso. El ejercicio sirve para poder mantener un estado de equilibrio tanto en física como emocionalmente e incluso, fisiológicamente.  

Según Hernández y Licea (2010) la actividad física se define como un movimiento corporal que conlleva la contracción de los músculos esqueléticos; este movimiento requiere un gasto de energía. Mientras que, el ejercicio se refiere a un conjunto de actividades físicas que implican un movimiento planeado, estructurado, repetitivo realizado para la mejora y el mantenimiento de la salud.  

Durante un periodo de actividad física continua, el cuerpo comienza a consumir mayor cantidad de oxígeno y hay mayor gasto energético. Por lo que el músculo esquelético comienza a utilizar sus reservas de glucógeno, triglicéridos y ácidos grasos libres (la grasa extra), así como la glucosa. Por esta razón, la glucosa se mantiene de modo adecuado para conservar la función del sistema nervioso central (Hernández & Licea, 2010).

Se ha comprobado que el ejercicio ayuda a prevenir y revertir condiciones de enfermedad (en conjunto con la dieta), como por ejemplo la diabetes mellitus (Hernández & Licea, 2010), pues: 

  • Ayuda al control de la glucosa sanguínea
  • Reduce los factores de riesgo cardiovascular, controlando los niveles de colesterol y triglicéridos
  • Contribuye al gasto energético, por lo que, en conjunto con una dieta hipocalórica, ayuda a la reducción de peso
  • Aumenta la sensibilidad a la insulina y, quizá dentro de lo más importante, 
  • Incrementa la sensación de bienestar general, ayudando a reducir los niveles de estrés

Como ves, cualquier actividad física o ejercicio implica un beneficio a tu salud, incluso con enfermedades crónicas se han visto mejoras. Entendemos que a veces la vida diaria implica un ritmo de vida en donde tenemos poco tiempo, sin embargo, para poder mantener un estado óptimo de salud es necesario encontrar los espacios para ejercitarse al menos 60 minutos al día.  

Equipo de investigación y editorial iNat México. 

 

 

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