¿Por qué elegir un detergente biodegradable?

Los jabones o detergentes convencionales contienen compuestos químicos que intoxican (contaminan) la tierra y las aguas, aparte de que tardan años en desintegrarse por completo; las sustancias tensoactivas de este tipo de jabones son las principales responsables de contaminación. Al contener ingredientes derivados del petróleo, agentes potenciadores o blanqueadores, no sólo provocan un daño irreparable a la naturaleza, sino que también a la salud de quienes los utilizan. 

Un jabón o detergente biodegradable es enormemente más libre de toxinas: son aquellos que contienen surfactantes que se descomponen o se degradan en un corto tiempo y de manera natural , entonces al ser consumidos por la propia naturaleza y sus microorganismos, evitan la contaminación del agua y la acumulación en ríos o vertederos. De esta manera se respetan mucho más los ecosistemas y no se afecta a la biodiversidad, ya que no contienen agentes químicos como el sulfato, fosfato, nitrato o cloro, y esto los hace mucho más amigables con el agua, la tierra y todas las plantas y animales que en ellos habitan. Su materia prima muchas veces será de origen natural, eliminan la grasa y la degradan de manera orgánica, generalmente son de comercio justo y no irritan la piel ni provocan reacciones indeseadas, entre otras cualidades.

También es importante tener en cuenta el proceso de elaboración de estos productos. Resulta un poco contradictorio que un jabón diga que es biodegradable cuando sus procesos son sumamente antiecológicos; es decir, que no se ha tenido en cuenta el uso de energías renovables ni la optimización del proceso para reducir la huella de carbono en la atmósfera. 

¿Cómo podemos identificar un jabón industrial o no amigable para el medio ambiente? 

Si los jabones o detergentes que tienes al alcance contienen sosa cáustica, colorantes, elementos sintéticos (para tratar problemas de hidratación, exfoliación, aclaración, blanqueamiento, etc.), elementos químicos (sodio, cloro, carbonos, etc.), no lo compres. 

Muchos productos que encontramos en los supermercados, aseguran ser biodegradables, sin embargo no lo son, ya que estos poseen colores brillantes (rosa, verde, morado, etc), y contienen uno o más elementos sintéticos. ¡Asegúrate de leer bien la etiqueta de ingredientes antes de adquirirlo!  Y ten mucha consideración con los detergentes que dicen ser blanqueadores, ya que son ácidos o bases cáusticas muy agresivas. Para hacernos una idea: si en el etiquetado indica que debemos usar el producto con guantes y vigilar el contacto con los ojos y las mucosas, ¡imagina cómo será su efecto en el medio ambiente!

El jabón o detergente biodegradable, debe ser blanco opaco, en ocasiones blanco transparentoso o color “crema”, tiene un olor menos fuerte o penetrante, generan menos espuma (esto no es malo en lo absoluto) y en muchos casos contienen jabón de castilla como elemento principal. También intenta comprar jabones de marcas independientes, hechos localmente, ya que de esta manera podrás tener la opción de rellenar tus envases y evitar más desperdicio plástico; ¡date a la tarea de encontrar uno! En caso que no cuentes con un productor consciente cerca, intenta comprar presentaciones grandes (de un galón o más), para evitar usar tantas botellas y tapas de plástico. Sugiere siempre a tu proveedor que haga labor de reciclado de botellas. 

Equipo de investigación y editorial iNat México.

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