Hormonas femeninas e intestino

El microbioma humano, que está formado por distintas especies de bacterias intestinales, es conocido por tener una gran influencia en la salud y enfermedad. Sin embargo, la información sobre su implicación en la salud femenina aún está muy escasa.

Cada fase de la vida femenina se caracteriza por tener una composición diferente de la microbiota intestinal y vaginal. Durante la pubertad, aumentan los niveles de hormonas sexuales lo que ocasiona una disminución en la diversidad bacteriana de la microbiota vaginal. Este cambio en la diversidad indica que el aumento de las hormonas promueve un nuevo ambiente que delinea la microbiota vaginal e intestinal en la mujer adulta.

La microbiota intestinal tiene la capacidad de controlar los estrógenos circulantes. Las bacterias del intestino juegan un papel importante en el metabolismo de los estrógenos. Factores como el uso de antibióticos, desequilibrio de la microbiota intestinal y reducción en la diversidad bacteriana pueden influir en una disminución de los estrógenos. Esta disminución ocasiona que los receptores de estrógenos no se activen, lo que conlleva a la aparición de diversas enfermedades como obesidad, síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares y deterioro cognitivo.

Por otro lado, cuando existe un aumento de las bacterias productoras de β-glucuronidasa (enzima encargada de activar los estrógenos) se genera un incremento en los niveles de estrógenos dando como consecuencia el posible desarrollo de enfermedades como endometriosis y cáncer. Además, también pueden afectar los estados de enfermedades y procesos como síndrome de ovario poliquístico, hiperplasia endometrial y la fertilidad.

Como se mencionó anteriormente, los estrógenos también están asociados con el desarrollo de una variedad de cánceres ocasionados por hormonas sexuales, como el cáncer de endometrio, cuello uterino, ovario, próstata y mama. La composición de la microbiota intestinal se encuentra alterada en muchos de estos cánceres y puede desempeñar un papel importante en la aparición de estos cánceres. Por ejemplo, se cree que los esteroides relacionados con una dieta alta en grasas pueden ser un factor de riesgo en el microbioma gastrointestinal ya que se puede introducir un elemento carcinógeno que podría actuar sobre el tejido mamario o un estrógeno que podría contribuir al crecimiento del tumor.

La microbiota intestinal puede desempeñar un papel importante en la regulación de los niveles de estrógeno y el metabolismo durante la menopausia. Además, la microbiota intestinal tiene la capacidad de metabolizar compuestos similares al estrógeno provenientes de los alimentos como las isoflavonas de soya y promover el crecimiento de algunas bacterias específicas como Bifidobacterium y disminuye las Clostridiaceae. Bifidobacterium juega un papel benéfico en la promoción de la absorción e inmunidad y en la prevención de infecciones en el intestino, mientras que Clostridiaceae se encuentra relacionado con la aparición de enfermedades inflamatorias y está asociada con la obesidad.

Los estrógenos y la microbiota intestinal podrían establecer asociaciones para influir en varios aspectos de la salud de las mujeres, incluidos la fertilidad, la obesidad, la diabetes y el cáncer. Por lo tanto, es posible que los microorganismos intestinales intervengan en la regulación de las hormonas sexuales y a su vez que las hormonas sexuales modifiquen la diversidad microbiana.

Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias:

Theimer, S. (2021, 2 septiembre). Investigadores analizan cómo las hormonas sexuales esteroideas cambian la microbiota intestinal y vaginal – Red de noticias de Mayo Clinic. Red de noticias de Mayo Clinic.

Qi, X., Yun, C., Pang, Y., & Qiao, J. (2021). The impact of the gut microbiota on the reproductive and metabolic endocrine system. Gut microbes, 13(1), 1–21

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