¡Hoy se celebra el día de la madre! y no podemos dejar pasar este día sin hacer mención del papel fundamental que juega en la alimentación familiar. Son un pilar importante no sólo en la estructura familiar, sino también en los hábitos alimenticios. Pues es gracias a ella se forma un vínculo entre los hijos y los alimentos que determinará cómo se llevará a cabo la alimentación de su legado a futuro.
La madre funge un rol psicosocial dentro de la familia, es la formadora y el gran pilar de la estructura social. Pero es también forjadora de hábitos; especialmente cuando hablamos de la alimentación.
Desde el embarazo, la madre tiene influencia en el desarrollo fetal, pues es por medio de sus reservas en donde -en un principio- se obtendrán los nutrientes para la formación de la placenta. En ese sentido, el estado nutricional de la madre determinará la calidad de nutrientes que recibirá el futuro bebé y también, las posibles consecuencias en la salud.
Estudios han relacionado que una mala alimentación durante el embarazo pone en riesgo la salud del bebé en un corto y mediano plazo, puesto que lo predispone a enfermedades crónico degenerativas. Este estudio se denominó “Los orígenes del desarrollo de la salud y la enfermedad”, y básicamente menciona la relación entre la alimentación de la madre y la programación fetal y postnatal temprana, los cuales genera mecanismos epigenéticos que alteran la actividad genética sin cambiar la secuencia del ADN y conducen a modificaciones con transmisión que pasa de generación en generación (López et al. 2014).
Posteriormente, durante la lactancia se siguen transfiriendo nutrientes y anticuerpos que ayudarán al desarrollo fisiológico del bebé, por lo cual, una vez más, las reservas nutricionales de la madre serán de relevancia para la salud de ambos.
Una vez que pasamos la etapa de lactancia, viene la alimentación complementaria y la integración a la dieta familiar, en ese momento la madre es -otra vez- la protagonista en la elección de los alimentos y preparación de estos; es ella quien comienza a transmitir de alguna manera el hábito de incluir frutas, verduras y cereales integrales; o bien: alimentos precocidos o industrializados por la falta de tiempo.
Posterior a eso, la dieta familiar depende casi enteramente (en un gran porcentaje) de la madre, pues es ella quien decide el menú semanal, quizá quien compre los insumos y muy probablemente quien los prepare. Por lo cual es ella la que determinará siempre el tipo de alimentación que llevarán sus hijos a futuro.
La madre es, sin duda, un pilar muy importante dentro de la generación de buenos hábitos alimenticios. Y es por ello que debemos honrar este día, pues además de otros muchos roles, ellas son un peldaño importante en el cambio de rumbo de un país que está lleno y enfermo de obesidad.
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Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias:
- López, M. Machado, L. López, A. & Herrera, M. (2014) Los orígenes del desarrollo de la salud y de la enfermedad en Venezuela. Archivos venezolanos de puericultura y pediatría 77(3). Caracas.
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